Nos enseñamos nuestra casa

150 150 Entrepatios

Pasa, pasa, entra y cógete una cerveza de la nevera”, bromean Pablo y Marta desde lo que será su casa. Los demás entran sonriendo, todos y todas sonríen. Llevan años esperando este momento. Pasean por toda la estructura que ya está levantada, en madera, sostenida por sus principios, levantada con el trabajo de muchas personas.

Se van deteniendo en todas las casas “Esta es la de Belén, no, no es la de Diana y Miguel”. Hoy es el primer día que hace buen tiempo, pero no empezó así la mañana y van con los abrigos colgados o los han dejado en la entrada, como si ya tuvieran un perchero y fuera una imagen cotidiana. Hoy tenía que empezar el buen tiempo, pero estando aún reciente el aroma a madera mojada.

Bromean, ríen “vaya habitación que os habéis dejado”, “en el nuevo salón os cabe vuestra antigua casa” “tranquilo Maikel, no te das con el techo de la cocina”. Nos vamos deteniendo en cada casa, escuchando como nos la explican quienes la habitarán sabiendo que el resto también la habitaremos.

No hay puertas y todas las casas están conectadas por huecos hechos en las paredes para facilitar el movimiento de quienes trabajan en la obra.

No hay puertas y todas las casas están conectadas, ahora está hecho por necesidad, pero en el ambiente se respira de forma muy natural como se difuminan las fronteras entre lo privado y lo común, entre lo tuyo y lo mío.

Estamos visitando lo nuestro.

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